Psicoterapia para Adolescentes

La psicología para adolescente se centra en los cambios emocionales, sociales y cognitivos que ocurren entre los 12 y 18 años. Durante esta etapa, los jóvenes buscan desarrollar su identidad, influidos por relaciones con pares y padres, lo que impacta su autoreferencia y bienestar emocional. Experimentan emociones intensas y buscan autonomía, lo que puede generar conflictos con figuras de autoridad. Además, desarrollan habilidades de pensamiento crítico y pueden involucrarse en comportamientos de riesgo en su búsqueda de nuevas experiencias. Comprender estos aspectos es crucial para apoyar su crecimiento y ayudarles a enfrentar los desafíos propios de la adolescencia.

La adolescencia es una etapa que confronta lo físico y lo psicológico, un momento donde los conflictos internos y externos se hacen más visibles y desafiantes. Lo que antes eran curiosidades ahora se convierte en intensos sentimientos y dudas, generando una tensión entre lo que sentimos y lo que el mundo nos dice que debemos sentir. Es una dicotomía emocional que nos vuelve vulnerables y, al mismo tiempo, nos empuja a enfrentar la existencia con una mezcla de entusiasmo y confusión. A veces, ni siquiera nosotros mismos nos comprendemos.

Durante este período, el cuerpo experimenta transformaciones: la voz cambia, el rostro adquiere nuevas formas, y en el caso de las mujeres, el primer periodo marca un hito biológico que puede sentirse como una confrontación con la realidad corporal. Esta sensación de perder el control sobre lo que hasta ahora parecía estable resalta nuestra vulnerabilidad. Muchos adolescentes encuentran difícil compartir estos sentimientos, lo que lleva a que las angustias psíquicas se manifiesten en el cuerpo a través de síntomas físicos o conductas autodestructivas.

En esta etapa, la voluntad se pone a prueba. En la adolescencia, parece haber una constante muerte y renacimiento, donde las certezas se desmoronan para dar paso a algo nuevo. Sin embargo, a menudo los adolescentes llegan a esta etapa sin herramientas emocionales ni límites claros, lo que puede llevar a una desorganización interna. Las figuras de autoridad, como los padres, a veces también están lidiando con sus propias dificultades no resueltas, creando escenarios que para el adolescente pueden ser percibidos como críticos o «letales».

La identidad sexual también se pone en juego durante este período, donde el deseo personal se enfrenta a las expectativas sociales. En un mundo cada vez más digitalizado, las redes sociales ofrecen un espacio que puede ser tanto revelador como alienante, donde la búsqueda de visibilidad y aceptación puede hacer que los adolescentes se sientan aún más perdidos.

En Inspyra, ofrecemos un espacio para que el adolescente entienda que la terapia no es un lugar de imposición ni de juicio, sino un espacio de reflexión y análisis. Es importante que comprendan que el terapeuta no es una figura autoritaria, y que incluso las historias inventadas que a veces cuentan dicen mucho sobre lo que llevan dentro. Trabajamos a partir de lo que se habla, buscando abrir un diálogo constructivo, también con los padres, para mejorar la comunicación familiar y manejar las pérdidas o desafíos significativos que surgen en la vida.